Nuestro Liceo tiene el nombre de un hombre de fe, Fray Antonio de San Miguel Avendaño y Paz nació en Salamanca, España en el año 1521, fue ordenado sacerdote antes de 1550, fecha en que pasó al Perú como misionero, siendo capellán del Ejército.
Cuando Pedro de Valdivia fundó la antigua ciudad chilena de La Imperial, el Papa Pío IV vio la necesidad de crear una diócesis en aquel territorio. Así el 22 de mayo de 1563 fue creada la Diócesis de la Santísima Concepción con sede en La Imperial. Su primer Obispo fue Fray Antonio de San Miguel Avendaño y Paz, Provincial de los Franciscanos de Perú. Desde este lugar el Pastor diocesano, gobernó la Iglesia del sur de Chile, siendo un gran misionero y defensor de los indígenas.
Fue un Pastor celosísimo que recorrió su territorio de un extremo al otro, incluso el Archipiélago de Chiloé, adoctrinado y bautizando a los nativos. Pero en medio de sus actividades su corazón de Padre y Pastor fue expuesto a duras pruebas por las injusticias de los encomenderos españoles con los indios, que a pesar de ser cristianos cometían mayores crímenes que los mismos paganos. De nada valían sus cartas al Rey, sus instancias al Gobernador.
Los abusos continuaban en aumento. Cansado al verse impotente de aliviar la tristísima suerte de los indios, renunció a su cargo y se retiró de su Diócesis en 1580. La Imperial quedó sin su amado Pastor y los Araucanos sin su padre defensor. ¿Qué suerte correría la Araucanía? El Santo Obispo lo había previsto. Exasperados más y más los Araucanos por los vejámenes de que eran víctimas, dan inicio al alzamiento general en 1598.
El Obispo San Miguel fallece en Riobamba, cuando se dirigía a Quito, el 07 de Noviembre de 1590.
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